miércoles, agosto 27, 2008

Cuando alguien se nos va

Hasta no hace poco pensaba en lo agitada de la vida por la rutina y los quehaceres diarios. Veintiún días después un eslabón de la familia se rompió y marchó hacia otros horizontes, mi querida abuela. Realmente la dinámica familiar cambió, ya no tenemos las preocupaciones que su cuidado implicaban pero el vacío, retumba en nuestros corazones. Es muy extraño, que una persona que te ha acompañado durante toda tu vida ya no esté, sin embargo su esencia, sus enseñanzas, formas de pensar, y hasta sus cosas materiales siguen allí presentes. La muerte definitivamente nos toma a unos por sorpresa a otros como a nosotros era una crónica anunciada. Es un misterio, y su visita nos hace sentir extraños, vulnerables. Reflexionando vienen a mi pensar muchas preguntas e incertidumbres. A cada uno nos tocará la puerta y realmente la vida hay que aprovecharla porque para mañana es tarde. En el dado caso que lleguemos a ancianos sólo nos quedará rememorar lo que hicimos, fuimos y dejamos de hacer. Sólo le pido a Dios que me de sabiduría para hacer lo realmente importante, que busque la oportunidad para vivir y hacer realidad mis sueños.